Capítulo 1: Ángeles,
Demonios y Escuelas
-¿Nos vamos ya? Llegaremos tarde
a la escuela- mi mejor amiga me hablaba, mientras engullía un bol de cereales
con leche.
-No lo sé… Heather, me encuentro muy mal.- le digo, y no es como
las otras veces cuando solo lo finjo para poder saltarme la escuela, hoy me
desperté con una sensación rara dentro de mí.- Y es de verdad.
-¿A qué te refieres con que te
sientes mal?- dijo, pese a que no parecía estar prestando mucha atención. En
realidad, parecía mucho más concentrada en escudriñar los últimos pedazos de
cereal que quedaban en el bol.
-Hoy me he despertado distinta
como si...- intente continuar, pero no podía. Entonces, mi mente perdió noción
del tiempo. Y, cuando volví en mí, Heather tenía la cuchara colgando en su mano
y los ojos como platos.- ¿Qué?
-Tus… Alas… Han- trago saliva-
Han cambiado.
Me gire pero, obviamente, no las
veía.
-Oh, vamos. No seas tonta, vete a
mirar al espejo.
Y allí estaban. No eran mis alas
de demonio blancas como solían serlo. Eran azules con las puntas moradas, y
definitivamente, no eran de demonio. ¿Qué quería decir esto? ¿Era un ángel?
-Es increíble, ¿verdad?- dijo
Hea, detrás de mí.- Así que mi mejor amiga es un ángel. Tengo mucha suerte.
No sabía que decir, estaba conmocionada.
Era una de las pocas alumnas con alas de demonio blancas en todo mi instituto.
¿Pero ahora? Era un ángel, mis alas eran de ángel. De repente, de una mañana a
otra, era un ángel.
-Vayámonos a la escuela, le
preguntare a algún profesor sobre esto.- dije, saliendo del baño con las plumas
azules y moradas en mi espalda.
Llegamos a la puerta principal
del colegio. Íbamos un poco tarde, pero si corríamos podríamos llegar. Entramos
a nuestra aula casi corriendo. Hea tiene la cara un poco roja pero no me
sobresalto; es algo normal en ella. Me siento en mi pupitre, que está en la
segunda fila y al lado de la ventana. A muchos de mis profesores no les gusta
que este ahí porque me distraigo con el paisaje.
Dejo mi mochila en el suelo, la
abro y saco el libro que necesito para esa asignatura. Ayer me pase la noche
estudiando, hasta que estaba tan cansada que me obligue a parar. Geometría. Una
de las pocas cosas que no me gusta de las matemáticas.
La señorita Aynolds entra por la
puerta cuando yo estoy acariciando las plumas de mis nuevas alas. Recorre con
paso acompasado el aula hasta que llega a su mesa, donde deja su bolso de piel.
Es una mujer mayor, rondando por los cuarenta, pero prefiere que la llamamos
señorita y se comporta como tal.
-Niños, niñas, buenos días-
saluda, con la voz un poco temblorosa. Me sorprende que no se haya inmutado
todavía de las monstruosidades que tengo en la espalda. Noto que en su mirada
esta distraída, como si estuviera en otro lugar.
-Buenos días señorita Aynolds- la
voz de todos y cada uno de los estudiantes resuena en la sala, y se acaba
convirtiendo en solo una. Observo la clase. Consigo identificar solo a dos
ángeles. Están los dos sentados con las mesas muy juntas y sus manos se
entrelazan debajo de ella. Los demás son todos demonios, con alas en distintas
tonalidades de rojo, negro y morado. Algunos también tienen cuernos y/o cola.
Durante un segundo parece que mi
mirada se una con uno de ellos, pero debe ser solo una confusión. Después me volteo
hacia la profesora, ella no tiene nada en su espalda, porque ya ha aprendido a
ocultarla, de hecho, no sé si es un ángel o un demonio.
Ella también se fija en mí, y
esboza una pequeña sonrisita cómplice.
-¡Pero mira que tenemos aquí!-
dice, sorprendida, pero con un tono muy falso- ¡Aileen!
En unos pocos segundos, todos los
ojos de los alumnos se centran en mí y yo me sonrojo levemente. Sabe que soy
vergonzosa y le gusta hacerme sentir el centro de atención. Solo para ver cómo
me ruborizo y tartamudeo.
-¿Qué te ha pasado en las alas
demonio?- pregunta alguien, en el fondo de la sala. Ni siquiera me molesto en
girarme para ver quién es, pero si me molesto en responder la pregunta.
-No lo sé exactamente, solo me
desperté con ellas.- digo, como quitándole importancia al asunto.
-No es algo muy usual. Aileen.
Que un demonio se transforme en un ángel.- dice la profesora, esta vez un poco
más nerviosa y expectante.
-Bueno, no tengo ni la más remota
idea de lo que está pasando. Pero… ¿Podemos volver a la clase normal y
corriente?
La profesora asiente, pero me
sigue mirando confundida. Por fin pasamos a las matemáticas, que es lo que
realmente me interesa. Dejar de ser el tema de atención y empezar con la
geometría. Para la que había estudiado lo suficiente. O eso pensé, hasta que
los triángulos se pusieron demasiado complicados.
Salgo de la clase con las
lecciones en la cabeza, sin pensar en alas ni ángeles ni nada. Camino hacia mi
taquilla para sacar unos apuntes que han prestado antes. Mientras abro mi
taquilla aparece un demonio de pelo negro. Es el que me ha mirado antes en
clase, me pongo nerviosa. Nunca he tenido un novio y no se me da muy bien
hablar con las personas.
-Hola, me llamo Aiden. ¿Nos hemos
visto antes, verdad?
Fin del Capitulo
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